sábado, 25 de julio de 2009

LO FEO SE PUEDE TRANSFORMAR EN BELLO

LA HISTORIA DE UN SOFÁ DE SEGUNDA: el antes y el después

En la mayoría de las cosas de segunda que suelen verse en los miles de blog que tratan este tema -incluido el vintage- se muestran artículos usados en muy buen estado, casi perfectos, cuando no perfectos. Eso sería, siempre, lo ideal y lo más fácil. Pero resulta que el gran mérito está en conseguir un patito feo y convertirlo en un hermoso cisne. Hablo de encontrar algo en muy mal estado y tener el ojo experto para saber que debajo de esa aparente fealdad se esconde una belleza absolutamente rescatable. Para lograrlo hace mucha falta la experiencia de quien puede ver la exquisitez escondida en lo que está en mal estado y, principalmente, hace falta una buena dosis de sensibilidad.

Hay personas, que sin necesidad de esa experiencia, nacen con ese don, pero son pocas. En mi hija Eva fue un don que demostró desde muy niña y la experiencia sólo vino a perfeccionarlo. En mi caso, yo diría que soy el resultado de ambas cosas: el don y la experiencia. Todo lo que Eva y yo sabemos sobre los artículos de segunda, lo terminamos de completar en los muchos garage sale que realizamos juntas. Esa fue nuestra puesta de largo en el mundo del vintage, tanto en el vestir como en la decoración. El garage sale es una experiencia que Rosalba no conoce, pero tiene en sus venas el gusto por los objetos y ropa de segunda y por los mercadillos que -al momento de publicar este post- debe estar recorriendo en Madrid.

Lo que se aprende en un garage sale es de un gran valor a la hora de intentar que los que no están ganados para comprar algo de segunda, se animen. Algún día haremos un post sobre un garage sale ya que en España poco, o nada, se entiende este maravilloso concepto muy usado y puesto en práctica en nuestra América.

EL ANTES
Hoy quiero mostrarles mi sofá de cuatro plazas. Lo compré en un garage sale. Tenía años tras un sofá de cuatro plazas y no es nada fácil conseguirlo. Un día, una señora -llamada Rosmira- me envió unas fotos de uno que estaba en venta. Las fotos son muy malas, pero me dieron una idea de que se trataba de un sofá, unas poltronas y una mesa de colección.



Fui, lo vi, me gustó y lo compré a pesar de lo mal que se veía. Lo vendían unos viejitos franceses porque se mudaban a otra ciudad. Él, psiquiatra retirado y ella, muy guapa y agradable. La "venta" -así se le dice comúnmente a los garage sale que se realizan en Venezuela- la realizó Taty, una vendedora con muchos años de experiencia en garage sale. Junto con el sofá estaban dos poltronas del mismo estilo. A ambas las voy a vender...

... y una mesa -ésta hace parte del juego de sofá y poltronas- que los viejitos franceses cubrieron torpemente con papel adhesivo. Esa mesa -en venta desde ya- parece un banco o un pie de cama. Es preciosa en su estado original (sin el papel que la recubre en la foto) pero nunca la restauré. En otro post les coloco la foto de esta mesa tomada de una revista de decoración.

Esta decoración de los señores franceses es muy popular -o ingenua- para este tipo de muebles modernos que no pasan de moda y que hoy en día hacen furor, más si son originales de la década de los 60

El sofá, las poltronas y la mesa eran de los años 60 y habían sido los muebles de los viejitos desde esa época de la mini falda y el mayo francés, década de grandes cambios a la que los muebles y la decoración no escaparon.

La tapicería del sofá -y de las poltronas- estaba muy dañada y la goma espuma se encontraba totalmente endurecida, cual si fuera de piedra. Ni les cuento de los tubos cromados que estaban oxidados en buena parte. El sofá estaba tapizado en pana marrón muy desgastada por los años y las poltronas en una tela blanca, por lo tanto se notan más sucios que el sofá. Quien no sepa comprar en este tipo de ventas, jamás hubiera adquirido ese sofá y las poltronas, mas no era mi caso que soy experta en la materia y sabía que detrás de tanto pasado, que se vislumbraba en esas telas viejas y tubos oxidados, había futuro y aposté a él.

LA RESTAURACIÓN:
1-
Los tubos metálicos, plateados, debieron ser cromados de nuevo y quedaron perfectos.
2- Se cambio toda la goma espuma y otros detalles imprescindibles en un mueble -que no se ven porque los cubre la tela- y cuyo nombre no recuerdo porque son materiales de uso exclusivo de los tapiceros, nombres no comunes para nosotros.
3- Se colocó tela de tapicería nueva. Para hacerlos más acordes con los años 60, se usó la misma tela que se utiliza para tapizar muebles de oficina. Ese tipo de tela se llevó mucho en años 60 y la llevan también los muebles daneses.

4- La estructura de madera fue lo único que se conservó intacta porque esa estructura es la que determina la forma y ésta no se alteró ya que el tapicero había visto el sofá antes de ser desarmado para la restauración. La estructura de madera viene a ser el esqueleto de un mueble. Lamentablemente no tengo fotos de esos "huesos".

EL DESPUÉS

El sofá se tapizó en tela gris y negra y los cuatro cojines -dos negros y dos grises- se pueden colocar en el orden que apetezcaEste sofá -un auténtico vintage- al mezclarse con elementos más modernos que los que tenían los señores franceses, cobra más relevancia. En mi decoración lo mezclé con algunas piezas antiguas que no se ven con detalle en esta fotografía que sólo deja ver una vista parcial de mi salón principalNo sólo el cambio de tapicería le dan un nuevo look a este sofá, influye mucho lo que lo rodea. La decoración es como la ropa: los muebles se acompañan de accesorios que los enriquezca La mesa rústica de madera -usada como mesa de centro- contrasta con el modernismo del sofá y otros muebles. Se trata de una mesa donde mataban los cochinos. Debe ser de finales del siglo IXX o principios del siglo XX. Se la compré a un anticuario y le mandé a cortar las patas para hacerla más baja. Al ser comprada a un anticuario su precio es más alto que lo que se consigue en un garage sale
Casi todos los muebles y objetos de mi decoración los compré en garage sale. Algunos muebles, y otras piezas, los adquirí en tiendas de anticuarios. Otras las conseguí tiradas en la basura. Muy pocas cosas las compré nuevas, en tiendas
..
De yo no haber creído en el potencial que tenía ese sofá, me hubiera perdido una pieza de colección. Lamentablemente pronto tendré que venderlo porque me mudo a Barcelona-España y no me lo puedo llevar, pero lo disfruté el poco tiempo que ha estado conmigo y lo que más me agrada: lo vi convertirse de patito feo en un hermoso cisne gris y negro. Para que vean que los cuentos se convierten en realidad. Mi sofá todavía no está en venta, pero pronto lo estará.

No vayan a creer que ese sofá es el único patito feo que he llegado a poseer. Tanto en mi armario, como en muebles y objetos de decoración tengo muchos, ahora convertidos en bellos cisnes. Algunos los rescaté de un final triste porque estaban en la basura, en el más absoluto abandono y hoy forman parte de la decoración de mi piso. Unos se venderán y otros -como el caballo de hojalata- van a terminar sus días en el piso de Eva en Barcelona. Después les contaré cómo conseguimos este caballo. Lo bonito de las piezas de segunda es que tienen pasado y, por lo tanto, tienen historia. Al caballo lo encantramos Eva, su padre y yo.
Por esa razón lo hereda Eva y no Rosalba

Junto con el caballo se puede ver una obra de mi madre -Los paraguas- y la paleta que usaba para pintar. Recuerdos que enriquecen mi decoración. Un día un amigo me dijo: "En esta casa no se esconden los recuerdos". Hoy en día no hay tantos recuerdos a la vista y jamás coloco portarretratos porque no me gustan. Los veo en todas las casas y no los soporto

Detalle de la cabeza del caballo de hojalata

Lo que sí se irá conmigo son mis libros, infaltables compañeros de vida. Algunos de colección como una edición especial de la obra completa de Henrik Ibsen, el autor de Casa de Muñecas. Se trata de una lujosa edición limitada, que sacó la editorial Aguilar, cuando se cumplieron 100 años de la famosa obra de teatro, a finales de los años 70. Ese libro no es de segunda y no lo será nunca porque lo heredarán mis hijas.

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS DEL SOFÁ YA RESTAURADO: Carmen

FOTOGRAFÍAS DEL SOFÁ SIN RESTAURAR: Rosmira

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sábado, 18 de julio de 2009

LOS IRRESISTIBLES GUIÑOS o BALADA PARA UN LOCO

La música es un ruido agradable, mientras que los zapatos no hacen ruido -salvo cuando caminamos- pero así como la manzana roja -de Fisher Price- sedujo a Eva, sin emitir ningún sonido los zapatos rojos me hacen un guiño particular, e irresistible, como el que le hacen los maniquíes al piantao de la Balada para un loco (dar clic en el enlace para escuchar y ver el vídeo) escrita por Horacio Ferrer, con música de Astor Piazzolla y la más famosas de las interpretaciones: la que hizo Amelita Baltar. Esa balada la inmortalizó a ella. Es mi canción preferida, la que con guiño -o sin él- me embelesa más que unos zapatos rojos.

Texto y vídeo (en enlace) tomado de YouTube: Carmen

LA MANZANA ROJA SEDUJO A EVA Y LOS RED SHOES A MÍ

Eva tiene una manzana roja -marca Fisher Price- desde que era un bebé y cuando se mudó a Barcelona añoró su manzana y en dos meses tuve que enviársela.
Esa manzana hace un ruido dulce que entretiene a los niños. Ella la tiene al lado de su mesa de noche. Ahí la vi la última vez. Algún día será de sus hijos por esa costumbre tan nuestra de guardar y no tirar. Para entonces será una manzana vintage para unos niños catalanes-venezolanos. Espero que no les parezca una pieza de museo porque, tal y como va la tecnología que lo abarca todo, el mundo infantil no escapa a esos avances. Si el mundo tecnológico corre por sus venas (la de mis futuros nietos) verán a su madre, a su abuela y a su tía Rosalba como las tres chifladas, pero espero que ciertas cosas perduren.

MIS NUEVOS RED SHOES
Dejo la manzana de Eva y les cuento que los zapatos rojos que vendía la coruñesa Arancha Velázquez son míos. Sí, ¡míos! Rosalba los recogió el viernes por la tarde. Se encontró con Arancha en A Coruña, le pagó y, así, agregué otros de ese color a los que ya tengo. ¡Cosas de mujeres! La historia de mis nuevos red shoes vintage pueden leerla en el post anterior. A los nuevos zapatos rojos les sumo otros tantos que me gustan y por eso se los muestro.
¡Qué bonitas las costuras de las puntas de estos zapatos de piel de ante y con cordones! Son un clásico muy al estilo oxford

Los compré, de segunda, en un garage sale a finales del 2007 junto con dos pares de esparteñas (alpargatas) Para que vean las maravillas que se pueden conseguir en este tipo de “venta” como comúnmente se les conoce

Zapatos deportivos comprados en ZARA. También los tengo en amarillo con negro y los compré en temporada de rebajas. Invierno 2004



HISPANITAS es la marca de estos zapatos de cuatro colores porque el tacón, a pesar de que no se ve la fotografía, es color cobre


El rojo destaca entre la degradación de colores. Comprados en El Corte Inglés de Madrid, sin rebaja. Otoño 2007
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Aclaro que los Mary Janes -marca T.U.K- que verán a continuación son de mi hija Eva, que es fan de ese modelo de T.U.K. Ella es una chica muy fashion según dicen algunos cuando se refieren a ella. Bueno, es bailarina, instructora de pilates y pareja de un músico, lo que significa un estilo de vida nada convencional. Estos Mary Janes, del post, son un regalo que Luís -Cardopusher- le compró en London en una de sus tantas giras musicales, exactamente en la primavera del 2006.

Las puntas, con caras de gatos, hacen muy llamativos a estos Mary Janes shoes. La imaginación, en la moda, da para todo
En la parte trasera, de ambos zapatos, se puede ver la cola del gato
La suela no es muy elevada, es más bien discreta dentro de este estilo de zapatos. Eva tiene dos pares más, también de T.U.K
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Las historias con zapatos rojos abundan. Hay un cuento de Hans Christian Andersen titulado Los zapatos rojos. Ya mencioné, en el post anterior, los que aparecen en El Mago de Oz.
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Cuando escriba sobre las alpargatas o esparteñas -espardenyes (en catalán) que tanto usó Salvador Dalí- les muestro unas rojas. Les aseguro que la historia de este calzado -artesanal en sus orígenes- es apasionante y mueve millones de dólares y euros en verano.
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La moda no es algo ligero como para restarle importancia, hay que investigar si se quiere hacer algo serio porque en ella todo tiene un cómo y un porqué, no me canso de decirlo. Por algo todas las artes le hacen un guiño a la moda.

TEXTO Y FOTOGRAFÍAS: Carmen

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martes, 14 de julio de 2009

¿ESTOS ZAPATOS ROJOS SERÁN PARA MÍ?

Hace unos días vi, en un blog que nos gusta mucho a Rosalba y a mí, unos zapatos vintage de color rojo, años 70, según la autora del blog que ha hecho un trabajo muy interesante -y bien documentado- en su bitácora ESTILO IN DIFRENTE .
Fotografía tomada del blog ESTILO IN DIFERENTE
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Estos zapatos vintage los vende Arancha Vázquez -la chica que escribe ese blog- porque los compró y no le quedo la talla. La historia que ella cuenta es interesante y la coloco tal cual: Estos dos pares de zapatos (hay unos negros) son de los años 70, ¡y están nuevos! Son restos de stock de una zapatería muy antigua de Coruña, que por cierto cerró hace unos meses (¡y tenían cada zapato de los 80! Eso sí, carísimos)

En ese paréntesis no dice años 70, pero de los 80 no son. En mi opinión, éstos tienden más a los zapatos que se llevaron en los 60. La punta y el estilo de la plataforma los lleva más a esa década, o, en todo caso, a finales de esos años. Pero sean de los 60 ó de los 70, la verdad es que eso de andar sesentosa -o setentosa- me fascina porque vestir a la moda actual no es lo mío. Me gusta vestir como me plazca, sin seguir los lineamientos de eso que llaman “la moda de la temporada primavera-verano u otoño-invierno”. Eso es para consumistas sin creatividad ni estilo propio. La moda, repito, es un ir y venir; sólo se reinventa y los seguidores, auténticos, del vintage -no por moda- lo sabemos.

Como conozco muy bien las viejas tiendas de A Coruña, sé que albergan divinos tesoros. El punto es que creo que esos zapatos no los ha vendido y hoy le pedí a mi hija que le escribiera a Arancha para comprarlos ya que, por nada del mundo, me los quiero perder. El precio: guaooo, buenísimo. El envío no los podemos economizar si Rosalba se encuentra con ella en cualquier punto de A Coruña, que no lo veo tan difícil.
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Adoro los zapatos de color rojo. Son una pieza imprescindible en mi vestuario. Considero que tienen un no sé qué, ¿será ese aire a los zapatos rojos que se hicieron famosos en El Mago de Oz? Pues no lo sé, e independientemente de cualquier razonamiento, me gustan.

Copia exacta -en cartón- de los zapatos rojos, de lentejuelas, usados por la actriz Judy Garland en El Mago de Oz. Son de tamaño normal (una talla 36) y hacen ver que están forrados en suave piel amarilla, como los originales, que los pude ver porque estaban expuestos al público. Este simpático souvenir lo compré en Universal Studios, Orlando-Florida.

Mañana espero saber si esos zapatos son para mí o si alguien se me adelanto. Estas gangas, entre fanáticas del vintage, son posibles porque nos leemos las unas a las otras -la mayoría somos mujeres- y tal y como es todo esto por Internet, vamos a terminar pasándonos lo que cada una -por las razones que sean- termina vendiendo y lo compra otra fanática de todo lo de segunda.

TEXTO Y FOTOGRAFÍA DE LOS ZAPATOS DE EL MAGO DE OZ: CARMEN

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viernes, 3 de julio de 2009

VESTIDOS, LOLITAS Y PELÍCULAS

La ropa de segunda (vintage y antigua) siempre ha tenido un especial encanto para mi. De niña -con los vestidos largos de mi madre (vestidos de los años 70 de telas psicodélicas)- jugaba a los “tiempos antiguos” con mis amigas, seguramente atraída por esa obsesión que tenemos las mujeres, en algún momento de nuestras vidas, de querer parecer "princesitas". Esa realización es total para algunas con el vestido de novia, pero a mi particularmente no me atraen, para nada, las novias ni sus vestidos. Me atraen más las princesas decadentes y esos vestidos de familia guardados en armarios, por décadas, y que, luego, pasan a ser piezas vintage. Vestidos que fueron comprados para una graduación, una boda, un baile o unos quince años (la esperada fiesta del debut en sociedad) y que su estilo de naturaleza rococó, cursi, y “ñoña”, los condena a ser guardados en armarios durante largos años, a menos que alguien osado los descubra y los rescate y, posteriormente, logre transfigurar su ridículo encanto en ironía transgresora cambiando el concepto original del traje.

Ejemplo de ello sería el estilo Gothic Lolita o "GothLoli" que enfatizan en la Moda Victoriana y Edwardiana, en ocasiones tratando de imitar el aspecto de las muñecas victorianas de porcelana con un aspecto infantil.

El vestido de mi inspiración para este post, es un vestido actual de la marca La casita de Wendy. Esa marca trabaja con algodón orgánico y tiene unos modelitos muy vintage. De este vestido en particular me gustó su estilo aniñado de mangas de farol, falda bombache (no se ve en la foto) lazo al cuello y tela escarchada de un tono pastel verde agua. Mezclado con vaqueros o leggins se ve fantástico.

Foto: Rosalba

Haciendo un poco de homenaje a estos vestidos vintage, traigo a colación la escena de una película de culto: “El club de la pelea”, película basada en la novela homónima de Chuck Palahniuk; dirigida por David Fincher y protagonizada por Brad Pitt, Edward Norton, y Helena Bonham Carte. En una escena aparece una excéntrica y decadente Helena Bonham Carte luciendo, de forma desaliñada, un vestido vintage que ella describe como un vestido de 2da mano que alguna adolescente, ilusionada, usaría para su primer baile.



La verdad es que el estilismo oscuro, gótico y excéntrico, le va muy bien a esta chica, como se puede apreciar en las películas dirigidas por su marido Tim Burton: "Sweeney Todd: The Demon Barber of Fleet Street" o "La Novia Cadáver" (voz que pone la actriz a este personaje).

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TEXTO, ILUSTRACIONES Y UNA FOTO: Rosalba

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